lunes, agosto 25, 2008

VACACIONES EN LA COSTRA BRAVA. CAPITULO 2: LA CHICA POLLO



Un día, a la hora a la que normalmente se levanta para llegar tarde al curro cualquier persona temerosa de su hipoteca, salia yo como de costumbre del Tapas.

No debía llevar gastada ni una semana de mis vacaciones, hacia un sol del carajo y por desgracia me había dejado en casa las gafas de sol que había comprado en una gasolinera en el viaje para venir. Me encontraba, como de costumbre, apurando hasta el ultimo segundo hasta el cierre del local, midiendo con un cuidado extremo las sandeces que salían de mi boca... nadie tiene prisa por volver a casa si no se tiene un grifo de cerveza en ella.

Cada segundo que pasaba se me hacia más difícil medir el grado de estupidez de las sandeces que salían por mi boca y esto llevo a el colapso típico de cualquier hostelero.

-A la puta calle!!! -Ya había tenido suficiente el pobre-

Con los pies por delante y aún con el ultimo carajillo a medio beber en la mano me vi obligado a abandonar el local entre los improperios de mi camarero favorito y mis lloros para que me perdonara y me dejara volver el próximo día.

Me senté en un, llamémoslo banco, aunque a mi estos diseños de mobiliario urbano siempre me parecieron una maquina perfecta para torturar almorranas e intente encontrar el ultimo trujas que me quedaba en el bolsillo. De llevarlo en el bolsillo había perdido bastante tabaco por lo que su forma se asemejaba más a mi flácido pene que a un palito-cancer.

No hubo nada que hacer... el pobre estaba más desecho que mi auto estima. No podía arreglarlo, me veía obligado a esperar un par de horas a que abriera algún sitio donde comprar.Eso... o pedir.

No hizo falta, en cuanto despegue mis ojos del arrugado trujas me di cuenta de que compartía torturador de esfínteres con un ser extraño.

Era como si un pollo gigante se hubiera comido a una persona y esta gesticulara violentamente a través de su boca. Me frote los ojos y las orejas e intente centrar mi atención en lo que decía la cabeza que salia de la boca del pollo( era más atractiva que el pollo, todo hay que decirlo). Mi mano apretaba con fuerza el carajillo, no fuera a ser una trampa del pollo para intentar comerme y tuviera que arremeterle con la copa entre ese par de enormes pechugas que tenia.

Se me hizo un poco difícil descifrar en que idioma hablaba el ser que andaba en el gaznate del pollo entre el ensordecedor ruido que salia del rechinar constante de sus muelas. Mira que había visto cosas raras pero esto... no me dio tiempo a reaccionar y derrepente me vi sin mi arrugado y flácido trujas. El hijo de puta del pollo me lo había quitado de las manos y lo estaba deshaciendo.

-Pero que haces hijo puta!!! -Farfulle mientras perdigoneaba la cara de ese pollo descarado.-

-No te rayes tronco. -O eso creí entender entre el constante riki riki craca craca.-


La cara del gaznate me miraba con unos ojos desorvitadamente abiertos, aunque amistosos. El pollo seguía teniendo la misma mirada desafiante que al principio. Dude en asestarle con la copa, pero ya le había cogido cariño al ser que le hacia de relleno. Me daba curiosidad saber como había llegado a meterse allí.

Ese ser simbiotico había vuelto a liar el cigarrillo con un papelillo que llevaba bajo al ala no sin antes haber puesto algo de su parte. Le dio un par de caladas y empezó a gesticularme para que lo cogiera.

Este ser que reacía cigarros con sabor a rancio ( no digo que este sabor ya lo tuviera antes ).Sobrevivia trabajando en las fiestas infantiles de la guardería del recinto vacacional. Por el día trabajaba el pollo y por la noche la chica que estaba dentro se quitaba las penas consumiendo todo lo que podía por sus fosas nasales.

Yo creo que le guste en el primer momento que me vio, lo mio fue más tardío soy un tipo duro. El problema era el pollo, ese animal celoso... cada vez que pretendía tener algún contacto físico(ya se sabe que el contacto hace el cariño) con la moza de su interior me arremetía contundentemente con su ala. Era una atracción fatal pero estaba dispuesto a tener mi primer royo de verano aunque esto significara romper una relación tan fuerte como la simbiosis de estos dos seres. Todo era cuestión de medrar. Quien sabe, con un poco de suerte... si me lo montaba bien podría hacérmelo con los dos.

martes, agosto 05, 2008

VACACIONES EN LA COSTRA BRAVA. CAPITULO1 : EL TAPAS




El tapas no es un gran bar, no tiene tiene gran cosa, pero el camarero ; un albino , celiaco y alérgico al huevo que hace la mejor tortilla de patatas del mundo y tira la cerveza como un dios es posiblemente lo que hace que sea casi el único bar que frecuento en mis vacaciones en la Costra Brava.

Llevo acudiendo a este bar diariamente a la hora del vermut casi desde el primer día que fije me residencia de verano en esta asquerosa ciudad de vacaciones. Me pillaba en frente de casa... fue amor a primera vista.

No es un sitio barato, limpio es algo que elimino de mi vocabulario en cuanto entro en esta cuidad de pecado y agradable no es un adjetivo que se pueda atribuir tampoco a nada de lo que hay en el complejo.

Quizás sea eso lo que me hace volver año tras año.

Es el bar más pequeño que he visto en mi vida. Apenas cabe una persona en el estrecho espacio que hay entre la barra y la pared que además sirve de pasillo ( si todo el bar no lo es) hacia los baños. Si llevas demasiado tiempo en el mismo sitio es posible que tengas que dejar allí la ropa que ha estado en contacto con cualquier cosa del bar ya que la grasa acumulada ha cogido la suficiente mordiente como para arrancarte los gallumbos y los pantalones de una sola vez a no ser que quieras llevarte el único taburete del bar a la playa como tuve que hacer la primera vez que caí en este tugurio.

Eran las 12 y media de la mañana, hacia un calor tan bochornoso que había conseguido que calara de sudor el colchón. Todavía con los ojos cerrados por el cemento formado por legañas, babas y sudor baje al portal y cegado por un sol que caía a plomo solo pude dar los tres pasos que hay de mi portal al tapas, ni siquiera me pare a mirar por el cristal. Entre, me fui directo a la barra ( lo difícil es lo contrario en este bar), me senté en el taburete (error)y me pedí mi desayuno favorito desde hace más de 20 años.

- Un "sol y sombra" por favor.

El camarero no hablaba ni una puta palabra de swahili, pero como yo tampoco creo que fue lo que dio el pie a nuestra amistad camarero-parroquiano.Me sirvió mi bebida isotónica y me pregunto si quería un pinchito de tortilla para hacerle un poco de colchón al brebaje.

- Termina de hacerla tranquilamente. Le farfulle mientras me desprendía un paluego enorme de entre los incisivos.

Que maestría, nunca vi a nadie batir los huevos así, lo hacia a tal velocidad que montaba una nebulosa con las escamas de piel que se le desprendían de los brazos debido al achicharre que le producía el sol. Quizás sea ese el secreto de su tortilla, no me importa confesarlo... deberían probarla para juzgarme.